Con el debut de su cuarta generación, el RAV4 de Toyota da un nuevo paso al frente para consolidar su posición entre los mejores todocamino compactos.
El RAV4 fue el auténtico pionero del segmento de los todocamino. Cuando este tipo de vehículos no existía, Toyota tuvo la valentía de lanzar al mercado un modelo revolucionario y arriesgado en su planteamiento, que con el tiempo resultó ser un rotundo éxito. Tanto, que sus competidores vieron pronto que el camino que seguir era fabricar sus propios automóviles bajo el pliego de condiciones que la firma japonesa había marcado. Dos décadas después existe una extensa oferta de todocaminos, de distintos tamaños y segmentos, pero el RAV4 de Toyota tiene a su favor una impecable trayectoria que le avala. La primera generación de este modelo aparecía en 1994 y en sus 19 años de existencia ha logrado unas ventas superiores a los 4,5 millones de vehículos, distribuidas en un total de 150 países.
Los mejores argumentos del carismático automóvil nipón pasan por ofrecer una imagen más emocional, sofisticada y dinámica, combinada con un interior de mayor calidad general y una apariencia superior. Toyota ha logrado ambos objetivos con creces, con un vehículo cuya contemplación transmite mayores sensaciones. La longitud total crece tan sólo 205 milímetros respecto de la generación anterior, pero sus trazos externos han sido trabajados a conciencia por los ingenieros para lograr un aspecto más musculoso y un frontal que refleja el nuevo lenguaje de diseño de la firma japonesa.
Además de incrementar la calidad de los materiales empleados, incluyendo zonas acolchadas y texturas al estilo de la fibra de carbono, las novedades interiores se centran en la posición de conducción. La firma japonesa ha trabajado a conciencia para ofrecer unos asientos delanteros con mayores posibilidades de regulación y una visibilidad optimizada, mejorando la experiencia al volante del conductor. También se ha llevado a cabo un elaborado trabajo de aprovechamiento en sus cotas internas, y el resultado es que el nuevo RAV4 dispone de la mejor habitabilidad de su categoría, complementada con un notable maletero con volumen útil de 547 litros, cifra que se reduce en unos 100 litros si el propietario desea llevar una rueda de repuesto completa. A este espacio de carga se accede desde un nuevo portón que puede ser, en opción, de apertura eléctrica.
El modelo japonés supone un paso adelante en cuestiones de equipamiento y puede disponer del climatizador de dos zonas, la entrada y arranque sin llave, el detector de ángulo muerto o el detector de cambio involuntario de carril. Estará disponible también el sistema Toyota Touch, que incorpora cámara de visión trasera.
Para su nueva oferta de motores, Toyota anuncia una reducción de un 11% en las emisiones de CO2. Las mejoras aerodinámicas introducidas en diversos aspectos de la carrocería permiten obtener, en todas las motorizaciones, consumos y emisiones muy interesantes.
La novedad en diésel es el bloque 2.0 D-4D de 124 CV, en versión de dos ruedas motrices y cambio manual, capaz de lograr un consumo homologado de 4,9 l/100 km y 127 g/km de emisiones. La oferta mecánica se completa con dos motores ya conocidos pero mejorados en cuestiones de eficiencia, como son un diésel 2.0 D-4D de 150 CV -que puede combinarse con cambio manual o automático de seis velocidades-, y un gasolina 2.0 de 151 CV, que en opción puede disponer de la caja de cambios automática MultiDriveS, una transmisión variable continua que proporciona un elevado confort de conducción y que dispone de un modo secuencial de siete marchas con levas de cambio.
La nueva entrega del modelo japonés dispone de un sistema de conducción dinámica integrado que controla y gestiona automáticamente diversos parámetros de la conducción, pudiendo el conductor escoger entre los modos Normal y Sport. Este sistema mantiene intactas las mismas posibilidades ya conocidas del anterior y añade un control de virajes, que permite aumentar la velocidad de paso por curva. Toyota ha trabajado a conciencia para ofrecer una carrocería más rígida, una suspensión de superior rendimiento y una dirección asistida eléctrica más precisa, modificaciones que se traducen en un comportamiento más eficaz.
El RAV4 es un automóvil que invita a abandonar el asfalto y adentrarse en caminos de montaña con las máximas garantías. Para ello puede disponer de un control de asistencia para arranque en pendientes y de un control de descensos.
FUENTE:http://www.lavanguardia.com
